martes, 17 de mayo de 2016

BARRANCO DE SAN CRISTOBAL (BOLEA).

UN BARRANCO DESCONOCIDO Y UNA PEQUEÑA GRAN SORPRESA.


La Ermita de San Cristobal mimetizada con la roca en la parte media de la gran peña dónde está ubicada.


Este fin de semana pasado decidimos comenzar con la temporada de barrancos. Un domingo soleado pero algo fresquete por la mañana y muy ventoso, y con unos caudales disparados, por no decir imposibles, en las principales zonas de barranquismo cercanas a nuestra casa, nos liamos la manta a la cabeza y decidimos ir a investigar y a conocer nuevos sitios. Lo bueno de estas actividades en sitios recónditos es que no te encuentras con nadie, lo malo es que hay poca información de ellos y te tienes que arriesgar a meterte sin saber muy bien lo que te vas a encontrar y, sobretodo, si va a merecer la pena ir hasta alli. A veces, como ocurrió el domingo pasado, te sale bien la jugada y descubres un sitio muy chulo que, además, te lo encuentras en unas condiciones excepcionales para su descenso. Estoy hablando del Barranco de San Cristobal en Bolea, y como hay muy poca información en castellano, voy a ser generoso y os lo voy a reseñar en condiciones por si alguno se le cruza los cables y decide venir a conocer este sitio.
Sí, aunque parezca mentira, en Bolea se puede hacer barranquismo, y además éste barranco tiene agua todo el año, aunque en verano, el caudal puede ser muy excaso. Para aproximar tenemos que dejar el coche en la Ermita de Santa Quiteria a la que se accede por una pista de tierra en buenas condiciones que está señalizada en la salida del pueblo.

Ermita de Santa Quiteria, dónde dejaremos el coche.



Desde el parking podemos ver el tramo medio e inferior del descenso, un barranco que ha excavado el río Sotón en la cara sur de la Sierra Caballera.

Vistas del barranco desde la pista de acceso.


La aproximación es muy sencilla y no tiene ningún misterio. Desde la Ermita de Santa Quiteria, primero por pista y luego por senda, todo ello señalizado con carteles, tenemos que pillar el camino que sube a la Ermita de San Cristobal que da nombre a este barranco.
La senda va todo el rato paralela al cauce del río que vamos a descender y está perfectamente marcada y limpia. 

La aproximación está marcada y perfectamente señalizada, va paralela al cauce que bajaremos a continuación.


En unos 50 minutos aproximados llegaremos a un encajonamiento muy chulo en el que el río Sotón se encuentra aprisionado entre grandes paredes con unos estratos horizontales muy característicos que se asemejan al flysch. Enseguida el camino baja al cauce del río y lo cruza. Es el inicio del descenso y el punto dónde nos tendremos que equipar.
Fijaros bien antes de cruzar el río por que en la derecha orográfica, en medio del gran paredón que tenemos en frente, se distinguen los restos de la Ermita de San Cristobal.



Encajonamiento final y la peña dónde se ubica la Ermita de San Cristobal.



Es obligatorio que os acerquéis a visitar este sitio. La senda está empinada y es algo incómoda pero son sólo 5-10 minutos y lo que vamos a visitar merece la pena.

Escaleras aéreas de acceso a la ermita.


Estoy hablando de la Ermita de San Cristobal a la que se accede por unas escaleras de piedra colgadas literalmente en el vacío. Es un sitio increible, probablemente una de las ermitas rupestres más bellas y espectáculares de todo el Alto Aragón. Ubicada en un nido de aguilas, se encuentra en un paraje bellísimo y muy aislado, es un sitio que impresiona y que transmite paz y espiritualidad y os lo dice uno cuya religiosidad brilla por su ausencia.Aunque su estructura, o lo que queda de ella, es del S.XVI-XVII todavía conserva restos de pinturas tardo-románicas.

Increible que se haya construido una ermita en este sitio.



Desde lo alto de la ermita tenemos unas vistas increibles, sobretodo del primer tramo del barranco que vamos a descender a continuación, que se encuentra justo a sus pies.

La parte superior del descenso vista desde la ermita.



Antes he indicado que este barranco es muy poco conocido, ya que hay muy poca información sobre él, y que lo normal es no encontrarse a nadie en el descenso. Pues bien, cuando ya estábamos equipados y estábamos a punto de entrar, llegaron una pareja de franceses con la misma intención que nosotros. No me pude resistir y estuve hablando un buen rato con la chica, que hablaba muy bien el castellano, y les pregunté qué hacían en un sitio tan recóndito e inusual como éste, al menos en lo que a barranquismo se refiere. 
Pues bien, ellos valoraban mucho los barrancos españoles, con caudales más asequibles que los franceses, y sobretodo buscaban el sol, la luz y los colores de  los cañones de nuestro país. Al igual que nosotros, los fuertes caudales de otras zonas cercanas (Guara, Pirineos), les habían empujado a este sitio. Y sí, ellos lo conocían, y hay reseñas en francés de este descenso. Esto nos tiene que hacer reflexionar, por que manda narices que los de fuera se conozcan nuestra tierra mejor que nosotros........
Y tras charrar un buen rato con ellos, iniciamos el descenso. En efecto, esta semana ha llovido mucho y hoy el río Sotón lleva un caudal más que generoso. Lo primero que nos llama la atención son los enormes estratos rocosos que ha excavado el barranco y en cuyas paredes podremos ver cantidad de tafoni (cavidades o huecos pequeños que se han formado por la erosión del viento o del agua).

Pequeñas viseras y estratos rocosos con tafoni en las paredes del barranco.



Enseguida llegaremos al primer rapel, el único obligado del descenso, de unos 5m y que va por todo el activo de la cascada.Por cierto, tiene una salida muy puñetera. Primera ducha de la temporada, qué ganas teníamos de mojar el neopreno!!!!.



Primer rapel, el único obligado del descenso.



El barranco sale del primer tramo y llega a una zona más abierta en la que recibe aportes de otros barrancos afluentes que hoy bajan con mucha agua. Conforme avanzamos, el barranco se va incidiendo en su fondo y forma unos pequeños estrechos que con el caudal que lleva nos resultan muy divertidos.


Caudal majete para disfrutar.


La mayoria de los resaltes se pueden destrepar aunque ojo con alguno como el de la siguiente fotografía. Aunque lo pudimos bajar sin problemas, el agua cubría gran parte de la roca dónde había que hacer el destrepe  y no se veía bien, con un poco más de caudal tendríamos que haber improvisado un rapel.

Resalte sin cuerda, la parte superior un poco delicada con el caudal que encontramos.




Pronto vemos como el barranco se estrecha y se encañona,  estamos llegando a la parte sorprendente del descenso.




Un pequeño rapel en una zona de oscuros, que con el agua que llevaba podríamos haber toboganeado, pero que preferimos sacar la cuerda por que no nos fíabamos de la recepción, nos deposita en un rincón maravilloso y sorprendente.



El río Sotón recibe por la margen izquierda orográfica el aporte de una surgencia que forma una preciosa toba en una de las paredes y todo ello nos recibe bajo una preciosa ducha de agua pulverizada. Un rincón de mucha calidad estética, sólo por ver esto ya ha merecido la pena venir hasta aquí.

Entrada a la zona de tobas de la surgencia.



En la siguiente foto podéis ver la ducha de agua que nos dimos en la enorme colada de toba formada por el aporte de la surgencia, qué sitio más guapo!!!!!.

Agua por todas partes, luz, color, vegetación.....un rincón muy bonito que justificó con creces este descenso.


El barranco sigue encañonado y enseguida llegaremos a otro rapel más no obligado que se puede toboganear (con cuidado) o saltar. Nosotros, de nuevo preferimos sacar la cuerda, el rapel iba por el activo de la cascada, te dabas una buena ducha y era muy divertido.



A partir de aquí el barranco se abre. Tenemos que estar muy atentos a una playa que nos encontraremos de la que sale una senda poco definida señalizada por un mojón que puede pasar desapercibido. Como referencia, el mojón está justo después de una pequeña cascada procedente de un afluente que viene por la derecha. Además, justo después del mojón hay otra pequeña cascada con una instalación para rapelar.


La playa, el pequeño mojón y la senda de salida, te lo puedes saltar si no vas atento.


En efecto, el barranco continua y tiene 2 rapeles más, pero merece la pena salirse en este punto ya que más adelante el barranco se cierra por la vegetación y, por lo visto, el avance es muy penoso. Si decidimos continuar por el cauce, llegaremos hasta un puente por el que cruza la pista que viene de la Ermita de Santa Quiteria, a escasos metros del coche. Si nos salimos aquí, remontaremos hasta la senda de aproximación y en unos 15-20min llegaremos al coche.

Remontando la senda de salida, abajo se puede ver la cascada procedente del afluente que nos tendrá que servir de referencia para localizar el mojón de salida.


Este descenso nos sorprendió y nos gustó mucho, tiene rincones bien majos y de mucha calidad estética. No es deportivo pero es una buena alternativa cuando los caudales estén imposibles en otras zonas o si queremos gastar una mañana o una tarde. Desde luego, nuestra percepción del mismo cambiará en función del caudal que encontremos, aunque lleva agua todo el año, en verano mengua mucho.Nosotros lo encontramos en unas condiciones excepcionales debido a las fuertes lluvias de esta semana y gracias a esto lo disfrutamos un montón.
Ale, que esto ya ha empezado, el primer barranco de la temporada (miento, ha sido el segundo, el primero no lo voy a reseñar pero lo podéis consultar en la reseña que ha colgado Carmar: pinchad aquí para ver la reseña de la actividad), ya estamos pensando en los siguientes.


3 comentarios:

Eduardo Pardo dijo...

Hola Ruben.

Había leido en tiempos un par de reseñas de este barranco, y veo que lo cogisteis con un buen caudal, desde luego todo un descubrimiento para vosotros, el tramo de los oscuros, y el de la surgencia, espectaculares!!!

Yo me contento, con hacer la circular a pie, y visitar la ermita de San Cristobal, hay que ver en que lugares más intrincados, construían las ermitas, seguro que tiene su lógica.

Un saludo

David dijo...

No conocía este barranco, lo apunto a la lista!!

Unknown dijo...

Precioso rincón escondido